Iradokizunak
19.11.2024
Tal y como recuerda la Organización de Naciones Unidas, el 20 de noviembre es un día a tener en cuenta. En esta fecha se conmemora el Día Mundial de la Infancia y los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989).
Esta Convención, la más universal de los tratados internacionales, establece una serie de derechos para los niños y las niñas, incluidos los relativos a la vida, la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a la protección frente a la violencia y la discriminación, a que se escuchen sus opiniones y, como no podía ser menos, a la salud.
En lo relativo a la infancia, el Sistema Nacional de Salud es uno de los sistemas sanitarios más privilegiados del mundo. «Por ejemplo, en el Reino Unido, con el Sistema Nacional Británico (NHS, por sus siglas en inglés), sólo se puede acceder a un pediatra dentro de los hospitales. En muchos países de nuestro entorno los niños y niñas no son atendidos por los médicos especialistas en ellos, los pediatras. Esto puede suponer un mayor riesgo a la hora de realizar un diagnóstico diferencial de determinadas patologías, como por ejemplo pueden ser los trastornos del espectro autista», señala el Dr. José Jesús Larreina, médico pediatra de IMQ.
El experto, además, destaca que «es necesario reivindicar el papel de la pediatría en atención primaria». Según manifiesta, «se abusa de las urgencias, tanto hospitalarias como en clínicas. La continuidad en el vínculo entre el pediatra y la familia favorece la salud del paciente pediátrico, así como la eficacia y eficiencia de la atención sanitaria. Esto se traduce en diagnósticos más precoces y precisos, lo que favorece un mejor pronóstico para la salud del menor».
El experto llama la atención respecto al seguimiento del paciente pediátrico durante toda su infancia, desde el nacimiento hasta la entrada en la edad adulta, pasando por un período tan importante como la adolescencia, olvidado por muchos. Precisamente, éste es un periodo crítico para los menores. «Muchos dejan las actividades deportivas extraescolares que han ido realizando cuando eran pequeños, apuntados por sus padres. Al dejar la actividad física, en muchos casos se aumenta el riesgo de que desarrollen sobrepeso y obesidad, algo muy perjudicial para su salud actual y futura».
En relación a los brotes epidémicos registrados en Euskadi hace escasos meses, el experto recuerda que muchas de las enfermedades infecciosas que afectan a los niños y niñas muestran patrones epidémicos cíclicos. «Por ejemplo, tenemos el caso del brote de Mycoplasma pneumoniae, una bacteria con características peculiares que produce un amplio espectro de manifestaciones clínicas, siendo la infección respiratoria la más frecuente de ellas».
Esta enfermedad sigue un patrón epidémico cíclico cada 3 o 5 años, presentándose habitualmente en otoño. «En España, al no tratarse de una enfermedad de declaración obligatoria, no se cuenta con datos precisos. No obstante, desde principios de este año hemos constatado en las consultas un incremento de los casos, así como un aumento de los ingresos hospitalarios. Esto mismo ha ocurrido en muchos otros países del mundo».
«Con el objeto de un buen uso de los recursos sanitarios mediante la anticipación a los picos epidémicos, se han diseñado e implementado registros tanto hospitalarios como en atención primaria para la vigilancia epidemiológica de una amplia variedad de agentes infecciosos, no sólo para la gripe», pone de manifiesto el pediatra de IMQ.
A pesar de la existencia reciente de otros brotes, como el habido de tosferina, el experto declara que «en nuestro entorno, cada vez hay menos infecciones y cada vez son menos graves. Esto es consecuencia de muchos factores. Por ejemplo, los padres y madres tienen cada vez una mayor y mejor cultura sanitaria, tienen más información y están más concienciados con la prevención y consultan antes. Además, por supuesto, tenemos la imprescindible labor de la medicina preventiva, que ha permitido muchísimos avances sanitarios de gran magnitud en problemas como las bronquiolitis, el déficit de hierro, el déficit de vitamina D, las caries y un largo etcétera. Un claro ejemplo de medicina preventiva se ve en las bajísimas tasas de varicela (y sus complicaciones) que vemos hoy en día, las cuales tienen una relación directa con la vacunación universal que se implantó en Euskadi en el año 2016. También, como no, la menor incidencia de infecciones graves en pacientes pediátricos se debe a una buena atención primaria pediátrica, una asistencia sanitaria que todo sistema de salud debería contemplar», concluye el pediatra de IMQ.
El 8 % de los niños y el 5,7 % de las niñas entre 2 y 17 años de edad en Euskadi tienen obesidad
¿A qué edad es aconsejable que los niños tengan móvil?
Más de cien niños y niñas vascos son diagnosticados cada año de cardiopatías congénitas