Iradokizunak
15.12.2016
Los casos de adolescentes con un uso problemático de internet son cada vez más frecuentes. Aunque no existen datos demasiado precisos sobre su prevalencia entre los adolescentes vascos, se puede concluir, en base a estudios realizados en entornos similares, que entre el 1 y el 3% de los jóvenes puede presentar a esas edades un uso problemático de internet asociado a las redes sociales o a los juegos online.
En algunos casos puede suponer incluso una verdadera conducta adictiva. En otros un hábito de uso prolongado en el tiempo que genera grandes dificultades en el individuo porque interfiere en las actividades de la vida cotidiana. Cada vez se están dando, de hecho, más casos. Tan solo basta con un smartphone o tablet para que alguien que tenga la necesidad de estar conectado lo pueda hacer durante muchas horas del día y desde cualquier parte.
Así lo pone de manifiesto el Dr. Javier Goti, psiquiatra especialista en salud mental infanto-juvenil de Avances Médicos (AMSA), centro especializado en psiquiatría y psicología de Grupo IMQ, donde se atienden casos de este tipo y que quieren concienciar a la ciudadanía, en especial a las madres y a los padres, sobre un problema muy real y creciente.
Según explica el especialista de IMQ, este tipo de conductas tienen un patrón de comportamiento muy claro que facilita su detección. “Se caracteriza por la pérdida de control sobre el uso de internet y conduce potencialmente al aislamiento y al descuido de las relaciones sociales, de las actividades académicas, de las actividades recreativas, de la salud y de la higiene personal”.
“Diversas señales pueden alertar a los padres, como por ejemplo, que sus hijos prioricen las actividades on-line, que dediquen un tiempo excesivo (más de dos horas al día sería una situación de posible riesgo) o que mantengan contactos indiscriminados en redes sociales (por ejemplo tener más de 500 amigos online en ellas). Respecto a los videojuegos online, los adolescentes que juegan más de 2,6 horas al día son propensos a padecer un trastorno por juego en internet”, afirma el Dr. Goti.
El experto de IMQ incide también otros efectos negativos que este trastorno produce en el día a día de un adolescente como “rechazo escolar, aislamiento social o falta de sueño” y subraya que el origen de este problema, generalmente, no reside únicamente en la experiencia y el deseo de estar conectado. “En muchos de los casos detrás hay un problema asociado, a veces primario en su origen, como la presencia de síntomas de depresión, ansiedad, o trastorno por déficit de atención, o dificultades emocionales de otra naturaleza que generan malestar en la propia persona o una ansiedad que les lleva a refugiarse en estas aplicaciones de internet”.
“A menudo no es fácil expresar o afrontar estas dificultades en la vida real y de alguna forma con estos videojuegos y redes sociales sí sienten que lo hacen. Ellos y ellas se crean un ideal de sí mismos que les reporta bienestar pero a la vez les aparta del mundo real”, señala el psiquiatra de AMSA-IMQ, al tiempo que matiza que “el uso de las redes sociales y los videojuegos online no es malo, siempre y cuando no sustituyan a la realidad”.
Tratamiento
El tratamiento que se dispensa en la Unidad de AMSA-IMQ consiste básicamente en abordar la parte primaria o secundaria que lleva a una persona a usar estos dispositivos de manera desmedida como puede ser, por ejemplo, un malestar o una depresión. Asimismo, también se incide en un uso correcto de internet. A través de programas de psicoterapia, las personas son también tratadas en función de la necesidad.