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03.06.2024
El próximo 4 de junio se conmemora el Día Mundial de la Fertilidad, una fecha que destaca la importancia de la salud reproductiva y los desafíos que enfrentan muchas parejas en su camino para tener descendencia. Tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estudiado este problema en profundidad en un informe, destacando que resulta urgente aumentar el acceso a una atención de la esterilidad asequible y de calidad para quienes la necesitan. Por otro lado, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), remarca que la Fertilidad debe estar basada en capacidad, logros y seguridad, definiéndola cómo «La capacidad de reproducirse de modo que se alcance un niño sano con garantías de supervivencia y que, el transcurso del embarazo y parto no supongan riesgos para la salud».
Según explican los doctores Guillermo Quea y Javier Peña Irala, ginecólogos de IMQ en el Centro de Fertilidad Bilbao, la infertilidad se define como la incapacidad de una pareja en conseguir embarazo después de un año de vida sexual activa sin el uso de ningún método anticonceptivo. Este tiempo disminuye a seis meses cuando se busca el embarazo por encima de los 35 años. Según lo publicado por la European Society for Human Reproduction and Embryology (ESHRE) en la revista Human Reproduction, sólo en el año 2019 se registró un incremento del 7% de los tratamientos de reproducción asistida en comparación con años anteriores. Según datos facilitados por la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), más del 10% de los nacidos en España provienen de gestaciones obtenidas mediante técnidas de reproducción asistida.
El Dr. Peña Irala destaca que «existen diferentes factores que pueden ser causantes de esterilidad, siendo la edad de la mujer el principal de ellos. Sin embargo, estos factores se distribuyen de la siguiente manera: el 30% de los casos pueden corresponder a un factor masculino; un 30%, a un factor femenino; entre un 10 y un 15%, a un factor mixto (que ambos tengan algún problema); y un 10% de los casos, a lo que se denomina como esterilidad de origen desconocido».
La disminución de la fertilidad es notable a partir de los 35 años. «A partir de esa edad, la probabilidad de quedarse embarazada disminuye casi al 15%; y a partir de los 40, cae a por debajo del 5%», subraya el ginecólogo de IMQ. Aunque una mujer de 40 años aún se considera joven, biológicamente sus ovarios ya no funcionan igual, lo que reduce significativamente sus posibilidades de concebir.
El Dr. Quea recomienda que «las consultas para buscar una solución a la infertilidad deben efectuarse si el embarazo no se ha conseguido después de un año de vida sexual activa sin el uso de métodos anticonceptivos, pero debe adelantarse a los seis meses si la mujer ha sobrepasado los 35 años». Añade que «la mujer nace con una dotación ovárica para toda su vida, que irá disminuyendo progresivamente. En los hombres, aunque esta variación es menor y está identificadada básicamente con hábitos de vida, se pueden observar ya variaciones significativas en la calidad espermática a partir de los 50 años».
Tal y como comenta el Dr. Peña Irala, el aumento en la demanda de tratamientos de reproducción se debe, en gran medida, a la edad tardía en la búsqueda del primer embarazo en las mujeres de países occidentales. «En las últimas dos décadas, ha habido un retraso de cinco años en la edad media del primer parto», señala el especialista de IMQ.
Sin embargo, el Dr. Peña Irala señala también que «debido al cambio radical en la sociedad en los últimos años y la facilidad al acceso a la información, las mujeres están empezando a ser más concientes sobre su futuro reproductivo y esto está condicionando el incremento de tratamientos de preservación de la fertilidad (vitrificación de ovocitos) en los diferentes centros de reproducción asistida».
El Dr. Quea señala que «la esterilidad no se combate» ya que, aunque ya se considera como un problema epidemiológico, lo que los especialistas en Reproducción Asistida realizan es «ayudar a las parejas o mujeres solas con su deseo de concebir».
Para ello, siempre en una primera consulta se realizan estudios dirigidos a descubrir la causa de esterilidad de la pareja, solicitando fundamentalmente un estudio hormonal y de imágenes para ella y un seminograma para él y/o, un estudio básico para ellas en caso de ser una pareja del mismo sexo o ella en los casos de preservación de la fertilidad.
Una vez revisados los resultados de estos estudios, los tratamientos pueden ir desde ciclos de inseminación intrauterina, a ciclos de fecundación in vitro o ICSI, donación de ovocitos, vitrificación de ovocitos en casos de preservación de la fertilidad o ROPA (recepción de ovocitos de la pareja) en aquellos casos de parejas del mismo sexo.
El especialista también aborda algunos mitos comunes sobre la fertilidad. «El estrés no impide quedarse embarazada. Aunque se produce una alteración en algunas hormonas, no es nunca la causa única de esterilidad. Tampoco el uso de pastillas anticonceptivas disminuye la fertilidad; de hecho, es uno de los métodos anticonceptivos que más la protegen».
En cuanto a la recomendación de permanecer acostada después del coito, el Dr. Peña Irala explica que «esta práctica, común en el pasado, no tiene base científica. Los espermatozoides acceden al útero al minuto de la eyaculación».
También desmiente la creencia de que tener sexo diario aumenta las probabilidades de concepción. «El óvulo vive unas 48 horas y los espermatozoides hasta tres días por lo que, los coitos fecundantes son los periovulatorios, no necesariamente el día exacto de la ovulación».
En este sentido, el especialista de IMQ recuerda que la probabilidad de gestación baja según aumenta la edad materna. «En nuestro entorno, la edad de la menopausia se sitúa entre los 42 y 56 años, con una media de 48,5 años, y la fertilidad durante los siete años anteriores es muy pequeña».
Finalmente, con motivo del Día Mundial de la Fertilidad, el Dr. Quea anima a las parejas a informarse y buscar ayuda profesional si enfrentan dificultades para concebir, destacando que «la ciencia y la medicina han avanzado significativamente en el tratamiento de la infertilidad, ofreciendo esperanza a muchas familias».
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