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Más de cien niños y niñas vascos son diagnosticados cada año de cardiopatías congénitas

10.02.2023

Más de cien niños y niñas vascos son diagnosticados cada año de cardiopatías congénitas
  • Con una cifra estimada de 114 casos en 2021, las cardiopatías congénitas agrupan a más de 50 tipos de enfermedades.

  • El diagnóstico, además de las implicaciones médicas, supone un impacto directo en la vida no solo de los pacientes pediátricos, sino también de sus familias.

Los datos estadísticos muestran que la cardiopatía es la patología congénita de mayor incidencia en el ámbito nacional. De hecho, presenta una incidencia de 8 casos por cada mil niños nacidos, lo que supone que, en Euskadi, cada año, unos 114 niños y niñas nacen con una cardiopatía congénita.

Tal y como señalan las asociaciones de familiares, como la Fundación Menudos Corazones o la vasca Asociación de Cardiopatías Congénitas Bihotzez, el diagnóstico de una cardiopatía congénita a un niño o niña no constituye únicamente la constatación de un problema del corazón, sino que, más allá, tiene una repercusión indirecta en muchos ámbitos de la vida y la salud del menor, y en su esfera familiar y social.

Por ese motivo, cada 14 de febrero se celebra el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, una fecha que sirve para sensibilizar a la sociedad sobre este problema y de concienciarla sobre la necesidad de apoyo de este colectivo.

Tal y como destaca el Dr. José Miguel Galdeano, cardiólogo pediátrico de IMQ, «en España se diagnostican cada año unos 4.000 casos nuevos, lo que da una idea de la magnitud de este grupo de enfermedades, que agrupa a más de cincuenta tipos diferentes. Las cardiopatías congénitas se caracterizan por la presencia de alteraciones estructurales del corazón producidas por defectos en la formación del mismo durante el periodo embrionario».

«En la mayor parte de los casos, el origen es multifactorial, no siendo bien conocida su patogenia. En cuanto a la posibilidad de la transmisión de esta cardiopatía a la descendencia es baja, en la mayor parte de los casos, menor del 5%», apunta el especialista.

Algunos de los factores de riesgo para la aparición de las cardiopatías congénitas en la descendencia pueden ocasionarse por la presencia de enfermedades severas o ingesta de drogas durante el embarazo, antecedentes familiares, alteraciones cromosómicas del niño o la edad de los progenitores.

En cuanto a la gravedad de estas patologías, una gran parte de los diagnósticos corresponden a cardiopatías leves, que precisan de un seguimiento periódico. Sin embargo, otras requieren intervenciones terapéuticas mediante cateterismo o cirugía. Los casos más graves se ven abocados a cirugías sucesivas, hospitalizaciones y controles periódicos. Muchos pacientes con cardiopatías congénitas, una vez que han superado el tratamiento quirúrgico, llevan una vida totalmente asintomática.

Aunque es difícil estimar una cifra exacta, las personas expertas apuntan a una supervivencia global del conjunto de las cardiopatías congénitas que puede rondar el 90%, gracias al avance de la cirugía y de los cuidados posoperatorios, llegando a cifras cercanas al 100% en patologías como la comunicación interventricular. En este caso en concreto, los pacientes con comunicación interventricular tienen un orificio que comunica los dos ventrículos, siendo la cardiopatía congénita más frecuente al nacer.

El perfeccionamiento y la extensión de los métodos diagnósticos han permitido una mejora en la atención a los menores con cardiopatías congénitas. Entre los métodos de diagnóstico se pueden citar distintos tipos. Así, se cuenta con el electrocardiograma, el ecocardiograma, los estudios electrofisiológicos, la pulsioximetría neonatal, la medición de hemoglobina, rayos X, resonancia magnética, tomografía axial computarizada, angiografía y, entre otros, el cateterismo cardiaco, una prueba mínimamente invasiva y que se emplea con relativa frecuencia en el diagnóstico de este grupo de enfermedades.

«Cada vez se realiza con más frecuencia el diagnóstico prenatal de las cardiopatías, lo cual es un avance importante en la atención precoz a estos niños tras el nacimiento. En el momento actual, en pocas ocasiones podemos tratar este tipo de anomalías intra útero, pero en el futuro es probable que se registren avances en este campo», apunta el cardiólogo pediátrico de IMQ.

Clasificación de las cardiopatías congénitas

Tal y como establece la Fundación Española del Corazón, existen más de cincuenta tipos diferentes de cardiopatías congénitas, que pueden agruparse de la siguiente manera.

En primer lugar, las que producen cortocircuitos izquierda-derecha (paso de sangre de la circulación sistémica a la pulmonar), entre las que se encuentran las comunicaciones interventriculares y comunicaciones interauriculares. También se incluye en este grupo el ductus arterioso persistente y el foramen oval permeable.

Por otro lado, se encuentran las que producen obstrucción al flujo sanguíneo, entre las que destaca la coartación aórtica.

Y por último, se pueden citar las cardiopatías congénitas cianógenas, en las cuales el flujo sanguíneo anormal va desde la circulación pulmonar a la sistémica, pasando sangre no oxigenada adecuadamente a los tejidos, provocando lo que se conoce como cianosis (por el color amoratado de labios y lecho ungueal). En este grupo se encuentran la tetralogía de Fallot y la transposición de grandes vasos.