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Una investigación demuestra que la dieta y el ejercicio son una herramienta óptima para las personas con obesidad e hipertensión

22.01.2019

Una investigación demuestra que la dieta y el ejercicio son una herramienta óptima para las personas con obesidad e hipertensión

 

Una investigación realizada en el País Vasco demuestra que la combinación de dieta hipocalórica y ejercicio físico aeróbico supervisado es una herramienta, no farmacológica, óptima para que las personas con sobrepeso u obesidad e hipertensión mejoren su capacidad cardiorrespiratoria, composición corporal y presión arterial. El estudio, publicado en la revista especializada European Journal of Preventive Cardiology, fue realizado por profesionales de IMQ y del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). La investigación analizó durante 16 semanas a 175 participantes sedentarios, con sobrepeso u obesidad e hipertensión arterial primaria (un tipo de hipertensión que se desarrolla sin causa conocida y que es la responsable de más del 80% de los casos de pacientes hipertensos). Como consecuencia de esta actividad, a un 7,6% de los participantes en el estudio se les retiró la medicación y a otro 37,7% se le redujo el tratamiento farmacológico.

“Lo más importante de esta investigación es que hemos realizado una comparación entre cuatro grupos. Todos ellos mantenían una dieta baja en calorías (hipocalórica), pero tres realizaban ejercicio físico supervisado dos veces por semana y otro (grupo control) solo recibió recomendaciones de actividad física sin supervisión”, explica la investigadora principal, la doctora Sara Maldonado-Martín, responsable del Programa de Ejercicio Físico para la Salud del centro médico IMQ Amárica (Vitoria-Gasteiz) y profesora agregada del departamento de Educación Física y Deportiva de la UPV/EHU.

Además, entre los tres grupos que realizaron ejercicio físico supervisado también existían diferencias. En este sentido, la experta de IMQ explica que “todos practicaban ejercicio físico aeróbico en una bicicleta o una cinta rodante, pero con diferentes intensidades, protocolos y volúmenes”. Un grupo practicaba 45 minutos de entrenamiento continuo de intensidad moderada (ejercicio sin cambios de ritmo), mientras que los otros dos practicaban entrenamiento por intervalos de alta intensidad (con cambios de ritmo e intercalando intensidades altas y moderadas, conocido como HIIT), uno 45 minutos y otro 20.

Los resultados

Teniendo en cuenta las características de los participantes, los grupos practicaron esas rutinas de forma progresiva hasta alcanzar las duraciones adecuadas. Cuando terminó el plazo, se compararon sus resultados con los que se habían tomado antes del inicio del proyecto. “Al analizar los datos, se observó que todos los grupos que habían realizado ejercicio guiado tenían mejores cifras que aquellos que solo habían recibido una recomendación y, entre los tres grupos que habían realizado ejercicio físico supervisado, los de alta intensidad habían mejorado de forma significativa su capacidad cardiorrespiratoria”.

Sin embargo, entre los dos grupos que se habían ejercitado en HIIT (con cambios de ritmo e intercalando intensidades altas y moderadas) uno 45 minutos y otro 20 minutos, no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre ambos. Por ello, “se puede afirmar que realizar 20 minutos de ejercicio físico de alta intensidad es un método muy eficiente, entre una población con estas características de sobrepeso u obesidad e hipertensión, para mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Pudiéndose afirmar que menos es más”, explica Sara Maldonado-Martín.

En relación con la presión arterial, todos los grupos mejoraron sus valores con descensos significativos en comparación con los valores iniciales e independientemente del tipo de ejercicio físico realizado, lo cual confirma “la importante influencia de la dieta hipocalórica y el descenso de masa corporal”.

Ahora bien, la principal diferencia entre realizar ejercicio más o menos tiempo es el efecto en la masa corporal, ya que como explica la investigadora del estudio, “las personas con sobrepeso u obesidad que se ejercitaron más tiempo experimentaron una mayor pérdida de masa corporal debido a un mayor gasto energético”.

Los datos

La masa corporal se redujo un 6,6% en el grupo que no realizó ejercicio físico bajo supervisión (grupo 1); un 8,3% entre los que practicaban 45 minutos de ejercicio continuo de intensidad moderada (grupo 2); un 9,7% en aquellos que realizaron 45 minutos de entrenamiento con HIIT (grupo 3); y un 6,9% en los que realizaron HIIT durante 20 minutos (grupo 4).

En cuanto a la capacidad cardiorrespiratoria, el grupo 1 (no realizó ejercicio físico bajo supervisión) experimentó una mejora del 16,4%. El grupo 2 (practicaban 45 minutos de ejercicio continuo de intensidad moderada), de 23,6%. El grupo 3 (entrenamiento tipo HIIT durante 45 minutos), mejoraron los que más, con una tasa del 36,7%. Este valor fue ligeramente menor, del 30,5%, en el grupo 4, que hizo ejercicio tipo HIIT durante 20 minutos.

 

Referencia bibliográfica:

Gorostegi-Anduaga, I., Corres, P., MartinezAguirre-Betolaza, A., Pérez-Asenjo, J., Aispuru, G. R., Fryer, S. M., & Maldonado-Martín, S. (2018). Effects of different aerobic exercise programmes with nutritional intervention in sedentary adults with overweight/obesity and hypertension: EXERDIET-HTA study. European Journal of Preventive Cardiology25(4), 343–353. https://doi.org/10.1177/2047487317749956