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El 45% de la población mundial sufre trastornos del sueño y con ello peor salud física y psíquica

17.03.2016

La interrupción frecuente de la función respiratoria durante el sueño da lugar a la apnea, que afecta a un 17% de los hombres y a un 9% de las mujeres a partir de la mediana edad.
Se estima que hasta el 28% de la población ha utilizado benzodiacepinas alguna vez y que hasta el 12% de la población general las emplea de forma habitual para conciliar el sueño.

Mañana, día 18 de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño bajo el lema “Dormir bien es un sueño alcanzable”. Y lo es, pero lamentablemente solo para un tercio de la población mundial. Las alteraciones en el descanso ya no distinguen edad, siendo, de hecho, los jóvenes los más afectados. Dormir en el mundo moderno se ha convertido en un desafío y es que las nuevas tecnologías inhiben la hormona del sueño.

Tal y como explica el Dr. Rafa Téllez, neurofisiólogo, psicólogo clínico y responsable de la Unidad del Sueño de la Clínica IMQ Virgen Blanca, “el sueño es determinante para la calidad de vida. Cuando éste es deficitario o de mala calidad, pueden presentarse múltiples y diversos síntomas: fatiga diurna, alteraciones del humor tales como irritabilidad, disforia, tensión, indefensión o incluso estado de ánimo deprimido. Además, los afectados pueden referir quejas somáticas gastrointestinales, respiratorias, cefaleas, mialgias o dolores no específicos”.

Los trastornos del sueño más comunes son el insomnio, la hipersommolencia, las parasomnias (sonambulismo, terror nocturno, alimentación nocturna), el síndrome de piernas inquietas, trastornos del sueño REM, narcolepsia, privación del sueño y la apnea (el trastorno de sueño respiratorio más común). Muchos de ellos son prevenibles o tratables y, sin embargo, menos de un tercio de los pacientes buscan ayuda profesional. Los problemas del sueño son, de hecho, una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de hasta un 45% de la población mundial.
 
Cada trastorno tiene su tratamiento específico pero, en líneas generales y tal y como apunta el doctor de IMQ “es en la consulta de las Unidades Asistenciales de Sueño (UAS) donde se orienta a cada paciente hacia qué especialista debe acudir, indicándole pautas basadas en tratamientos farmacológicos y/o técnicas psicológicas enmarcadas en la psicoterapia cognitivo-conductual (psico-educación, control de estímulos, higiene del sueño, restricción del sueño, etc.)”.

El Dr. Tellez señala que los medicamentos más utilizados para tratar estos trastornos: “suelen ser eficaces y altamente seguros bajo un adecuado control médico, siendo ese control todavía más importante en el caso de las BZD (Benzodiacepinas), sustancias con efecto hipnótico y ansiolítico, debido a la posibilidad de habituación, dependencia y adicción que presentan si se toman de forma continuada durante largos periodos de tiempo”. De ahí que el doctor de la Clínica IMQ Virgen Blanca recomiende evitar la automedicación. “Su utilización está muy extendida, estimándose que hasta el 28% de la población ha utilizado estos medicamentos alguna vez y que hasta el 12% de la población general los utiliza de forma habitual para conciliar el sueño. De hecho, en los años 80-90 llegaron a alcanzarse cifras todavía más elevadas, por lo que las autoridades sanitarias regularon en 1993 el control de la prescripción y dispensación de estos fármacos”.

Para un sueño de calidad el Dr. Téllez recomienda “levantarse todos los días a la misma hora, incluido el fin de semana; así como, evitar: siestas largas, quedarse en la cama más tiempo del necesario, sustancias estimulantes, cenas copiosas, uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse…”.Respecto a la duración del sueño, apunta que “su duración es variable en cada individuo. Lo importante es que cada uno, intente ajustarse a sus necesidades”. Indica también que “a lo largo de la noche el sueño va atravesando por varios ciclos y niveles de profundidad” y que es normal despertarse varias veces a lo largo de la noche. “La calidad del sueño no depende tanto de dormir de un tirón, como de volver a conciliar el sueño”.

Unidad de sueño

Desde las Unidades de Sueño de IMQ apuntan también la importancia de respirar adecuadamente para que el sueño cumpla su función y nuestra salud física y psíquica no se deterioren. La interrupción frecuente de la función respiratoria durante el sueño provoca la apnea del sueño, que afecta a un 17% de los hombres y un 9% de las mujeres a partir de la mediana edad. Las Unidades de Sueño ofrecen procedimientos de diagnóstico y recomendaciones para el control de ésta y otras patologías.

Una Unidad de Sueño está compuesta por tres equipos diferentes: el que conforman profesionales sanitarios de varias especialidades, el destinado al registro multicanal de las variables que afectan al sueño y el espacio donde se efectúan los estudios. “Actualmente, sin embargo, el concepto de unidad de sueño tiende a ser más amplio, tendiéndose a conformar Unidades Asistenciales de Sueño de carácter multidisciplinar”.

Tellez aclara que “las técnicas que se utilizan en una UAS son variadas, siendo la más compleja y precisa la polisomnografía (PSG) que permite estudiar simultáneamente patrones fisiológicos de sueño y vigilia”. En IMQ-Clínica Virgen Blanca, recientemente se ha incorporado también la Video-PSG, técnica que complementa a la PSG a través de la incorporación de sistemas de grabación digital de imagen y sonido. Es la técnica diagnóstica más fiable en el estudio de las alteraciones del sueño.